El último premio Planeta pone de actualidad la Marbella más oscura

Si a primeros del pasado mes de septiembre Marbella saltaba a la actualidad por un tiroteo, supuesto ajuste de cuentas entre mafias, que dejaba un muerto en Las Chapas, ahora el municipio vuelve a la actualidad negativa, en este caso desde la ficción literaria, con la elección del Premio Planeta. 

El mexicano Jorge Zepeda Patterson se hizo hace unos días con el galardón por el libro "Milena o el fémur más bello del mundo", que recrea las entrañas del crimen organizado y la esclavitud sexual en la Marbella del lujo. 

La historia lógicamente no es real, pero sí llama la atención que el escritor haya decidido ubicarla en la ciudad marbellí. Incluso, ha recordado en sus ruedas de prensa posteriores la figura de Jesús Gil como el culpable de este otro mundo que existe en Marbella. 

"La novela es una indagación de qué está pasando en esta zona, con seres humanos a los que les toca ser herederos de ese mundo construido por Gil y Gil, que no se ha ido del todo", ha señalado Zepeda. 

La historia del nuevo premio Planeta arranca en Croacia, donde una niña que vive detrás de un cementerio no quiere que cuando muera los chicos jueguen con su fémur como si fuera una espada, una imagen que ve habitualmente.

En su lucha por abandonar su país, acaba presa del crimen organizado ucraniano y de la esclavitud sexual. Terminará en Marbella, relacionada con hombres de poder. En la ciudad que recrea la trama operan las mafias y los jeques árabes, para los que Milena trabaja como prostituta de lujo. 

Es esa Marbella, que el autor ha achacado a Jesús Gil en su época como alcalde, la que refleja en la historia. "La ficción te da herramientas para ver la realidad más oscura", ha señalado Zepeda. 

El autor ha intentado, según ha declarado, "sacar a flote parte de lo que está pasando con el blanqueo de dinero en la corrupción, los residuos de la cultura Gil y Gil, que no ha desaparecido del todo", ha insistido.

Zepeda optó por ubicar gran parte de su novela en Marbella, porque "el desarrollo inmobiliario en la Costa del Sol y la industria turística son tradicionalmente negocios muy favorables para el lavado de dinero, porque la cotización de un terreno se presta a la especulación y al tráfico de influencias".