El pleno de Marbella aprueba la transición urbanística sin apoyo del PP

En noviembre de 2015 el Tribunal Supremo anulaba el Plan General de Ordenación Urbana (PGOU) de 2010 en Marbella. Tras aquel cataclismo, la coincidencia fue generalizada en que la solución transitoria era adaptar el plan que quedaba vigente, el de 1986, a la actual legislación andaluza. 

Durante el proceso, se vio también la necesidad de realizar un texto refundido. Ambos documentos han llegado este viernes, un año y medio después, después de un arduo trabajo, al pleno para someterlos a aprobación. 

Al margen de que ambos han salido adelante, lo más destacado de la mañana es que el PP se ha puesto de perfil, con Ángeles Muñoz en silencio, y no ha querido apoyar ninguno de los dos documentos como, por ejemplo, le pedían los empresarios. 

El texto refundido necesitaba mayoría absoluta (14 votos) y, por ello, ha sido adelante solo gracias al apoyo final de Podemos, que ha introducido una enmienda aceptada por el equipo de gobierno. 

Este punto lo ha defendido Cristóbal Garre por el PP, quien ha hablado de que su postura era la abstención como "ejercicio de responsabilidad". Nada más lejos de la realidad porque si Podemos no hubiera votado a favor, el texto no habría sido aprobado. 

En el caso de la adaptación del PGOU de 1986 a la legislación andaluza, que requería mayoría simple para su aprobación inicial, Félix Romero ha defendido la abstención del PP, que, en este caso, sí hacía posible que saliera adelante.

De todas formas, ha contado igualmente con el voto favorable de la formación morada, también tras aceptarse su enmienda. 

Finalmente, por tanto, la responsabilidad la ha puesto Podemos, tras una larga noche en la que la concejala Victoria Mendiola hasta ha reconocido que le ha costado dormir. 

Debate

El debate sobre el texto refundido comenzó con la intervención de la concejala de Urbanismo, Isabel Pérez, quien señaló que se trata de un documento en el que "no se aprueba nada nuevo" y contribuye a "facilitar el trabajo". 

"Apoyarlo es estar a favor de la mejora en el urbanismo de Marbella", dijo, y pidió el respaldo de los grupos de la oposición. 

Desde el grupo municipal de Costa del Sol Sí Puede (CSSP), apoyado por Podemos, la edil Victoria Mendiola señaló la "gran responsabilidad" que suponía pronunciarse sobre este punto y rechazó presiones. 

Pidió que el refundido se someta a exposición pública ya que "hay elementos que no son nuevos pero que no se han conocido". 

Desde el PP, Cristóbal Garre lanzó un mensaje catastrofista y habló de "retorno a la Marbella de los 80". Sobre el documento, sembró dudas, habló de errores, de que está incompleto, de que era arbitrario e, incluso, que podría ser impugnable. 

Criticó que se "haya llamado al CIT y a otros asociaciones de Málaga, que no sé qué pintan ahí, y no han contado con otras como Apymen, Apymespa o DOM3".

Por último, dijo que "en un ejercicio de responsabilidad nos vamos a abstener", en una frase manipuladora, ya que se necesitaba mayoría absoluta (14 votos), que solo se consiguió con el sí de Podemos.

Respecto a la adaptación del PGOU de 1986, Victoria Mendiola pidió que se "corrijan los linderos del municipio y que en el periodo de alegaciones se complete el documento con toda la información". 

Desde el PP, en esta ocasión intervino Félix Romero, quien también habló de responsabilidad y recordó que su grupo municipal había votado "a favor" de los presupuestos del año pasado, lo que no es cierto, ya que se abstubieron, y solo en la votación inicial. 

Insistió en su postura de "lealtad" y dijo que es "un clamor que el urbanismo en Marbella es un auténtico caos". Al final, anunció la abstención, que en este caso sí era suficiente para que la adaptación saliera adelante, ya que solo requería mayoría simple, aunque Podemos también la apoyó.