Poco después de las 21:00 horas arrancaba la procesión, con mucha gente ya desde el inicio. Las túnicas negras con capillo blanco de los cofrades empezaron a llenar la plaza de la Iglesia de La Encarnación a la espera de la salida de los Sagrados Titulares.
El trono del Cautivo abrío el desfile acompañado por la Banda de Cornetas y Tambores de la Hermandad de Jesús Nazareno de Almogía. Tras él, la patrona de los hosteleros, Santa Marta, acompañada por la Virgen de la Encarnación y María. Cerrando el cortejo, la Banda Municipal de Música de Marbella.
Espectacular ya desde el inicio el paso por la calle Carmen, con mucha gente en la escalinata y también en la zona inferior, dejando muy poco sitio para el paso de los tronos. El primer punto complicado fue el giro hacia General Chinchilla, salvado con gran destreza por los hermanos de tronos.
Muy ajustado fue también el paso hacia la plaza de Los Naranjos, haciéndose necesario retirar alguna mesa de los restaurantes de la zona y pedir al público que dejase espacio para las imágenes.
Tras pasar bajo la Casa Consistorial, ambos tronos recibieron la primera saeta, para continuar hacia la Plaza de la Victoria y bajar hasta Ramón y Cajal por la estrecha calle Pedraza.
Con más amplitud, la procesión continuó por la avenida Nabeul para alcanzar la tribuna de venia en Puente Málaga. Desde allí se inició el habitual recorrido por Divina Pastora, que el año pasado fue suprimido por el riesgo de lluvia.
Después se continuó hacia el encierro en su templo, para proceder al reparto de tortas y dulces, ya casi de madrugada, entre el público congregado en la plaza de la Iglesia de la Encarnación.
Fue un desfile brillante, sin contratiempos, y en el que de nuevo el fervor religioso de los hosteleros se dejó sentir en las calles. Esta hermandad es la única puramente gremial de la Semana Santa de Marbella.
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Plaza de los Naranjos
La principal plaza de la ciudad, el centro neurálgico de Marbella recibe este año el paso del Cautivo. No es usual que hermandades y cofradías elijan este recorrido que les hace desfilar por la puerta del Ayuntamiento -debidamente engalanado para la ocasión-, por ello conviene disfrutar de estos momentos.
Calle Pedraza
Nueva en el itinerario cofrade, ya que desde hace muchos años se ha preferido la paralela Huerta Chica. Pero una calle peatonal como Pedraza merecía recibir el paso de imágenes, nazarenos, mantillas. Calle tranquila pero situada en pleno corazón del Casco Antiguo, es una de las puertas de entrada a la zona más histórica de Marbella. En bajada desde la Plaza de la Victoria, conforme se acerca a la avenida Ramón y Cajal (tradicionalmente llamada “la carretera), la calle se estrecha, y en donde los hombres de trono, guiados por sus mayordomos, deberán hacer un esfuerzo más para sortear pequeñas cornisas y farolas.
En ese lugar se encuentra uno de los hoteles con más sabor cofrade, el Hotel San Cristóbal pues tradicional es contemplar el paso de las procesiones desde sus balcones, así como desde los ventanales del restaurante Alameda.
La única hermandad gremial de nuestra Semana Santa deberá recibir, al final de la calle Pedraza, la tradicional ofrenda floral por parte de los camareros del Casino y la histórica Cafetería Marbella.