Llueve sobre mojado

28/11/2016
La expresión que titula el artículo de hoy en este espacio opinador es usada, mayoritariamente, para mencionar el hecho de una desgracia que llega tras otra. Y es lo que ocurrió en la ya famosa Avenida Nabéul el pasado viernes. La tromba de agua que cayó sobre Marbella produjo un retroceso en el tiempo de varios meses, que es el tiempo que han durado las obras de remodelación de la céntrica calle. 

Conocidos son por todos los graves problemas que sufría la avenida cuando caían los aguaceros, imágenes existen por decenas, en relación a aquellas minúsculas alcantarillas, en pleno Puente Málaga, que no podían acoger los centenares de litros que caían sobre la ciudad, porque cuando llueve en este pueblo, llueve de verdad.

Cuando el Ayuntamiento de Marbella decidió acometer la íntegra remodelación de la Avenida Nabéul, el principal motivo fue la necesidad de reparar los graves e inmensos problemas con los sistemas de desagüe y la red de alcantarillado, es decir, lo que está por debajo del suelo, todo ello junto a la transformación de la zona superior, esto es, lo que vemos todos. Se pretendía, desde la administración local, una metamorfosis total de la zona, incluyendo un carril bici, más amplias aceras y otra serie de cambios. Aunque sobre la parte de arriba, a nivel de calle, hay mucho que hablar.

El jueves 24 de noviembre, en una ambientada pero fría tarde (en lo climatológico), se procedía al estreno, aunque oficioso, de la Avenida Nabéul, coincidiendo con la, tambien inauguración del alumbrado navideño. En esta ocasión, el consistorio, inteligentemente a mi parecer, quiso trasladar el comienzo de las fiestas navideñas, a ese concreto lugar, con amplio espacio para muchos, incluyendo espectáculo lumínico y musical, para de esa forma, llevar a muchos a conocer como había quedado la zona. Y en este punto, felicito a los responsables municipales por haber otorgado un mayor color y esplendor al acto de encendido de la iluminación navideña. Sé que muchos dirán que no tiene comparación con la capital Málaga… sin duda, pero es que el Ayuntamiento de Málaga posee mayores recursos para destinar a esa iluminación que se ha convertido en todo un referente, no ya nacional sino internacional… Invertir medio millón de euros en ese tema no está, de momento, para Marbella.

Ahora bien, llegó el viernes y llegaron las aguas. La tarde se llenó no sólo de trombas acuíferas sino de videos retransmitidos a través de las redes sociales. El Puente Málaga, otrora epicentro de la acumulación de agua, volvía a convertirse en el foco de las miradas así como objetivos de cámaras y teléfonos móviles. En un primer momento nadie se creía lo que estaba viendo. La avenida recién remodelada, con unas alcantarillas a prueba de “maremotos” casi… no podían recoger las cascadas que provenían de la zona de la Divina Pastora, y producían graves inundaciones.

Algunas (o casi todas) las imágenes llevaban las manos a la cabeza de vecinos, comerciantes, y supongo que hasta de responsables consistoriales. “No puede ser” es lo que pensamos/dijimos muchos. Después de meses de obras, de levantamiento y vuelta a levantar adoquines, alcantarillas y bordillos, a la primera de cambio se inunda todo igual que antes…

Se menciona como una de las causas del atoramiento, la existencia de multitud de toallitas provenientes de los desagües fecales, aunque muchos nos preguntamos por el origen de dichos elementos, nocivos para el medio ambiente cuando se lanzan por esos desagües (por no decir el retrete). Sinceramente, y sin tener conocimientos técnicos, me parece que achacar a dichas toallitas el origen del desaguisado que se produjo el pasado viernes en la Avenida Nabéul, es de risa (aunque la situación sea para llorar). He leído opiniones de todo tipo, con más sentido técnico-ingeniero algunas y otras del tipo “el agua busca el río”, supongo que por la existencia, bajo la avenida, del embovedado del Arroyo de la Represa.

Lo cierto es que, tras meses de obra, el objetivo principal de los trabajos, esto es, el arreglo definitivo de las inundaciones en días de trombas de agua, no se ha producido, a la vista de lo que ocurrió la semana pasada.

Pero es que ese mismo día, tambien a través de redes sociales, pudimos comprobar como la Avenida Las Albarizas, junto al Centro de Salud del mismo nombre y un conocido supermercado, se convertía en un auténtico canal donde el nivel del agua alcanzaba medio metro, o unos metros más abajo, la entrada al Puerto de la Bajadilla parecía más bien un parque acuático que un calle de acceso, de la misma forma que al otro lado del recinto portuario, en la calle Guadalete, junto al Hospital Quirón, varias cataratas en toda regla llevaban, una vez más, el miedo a la gente.

Las bromas, fruto del ingenio y gracejo de esta tierra, no tardaron, y algunos se atrevieron a crear rápidamente fotomontajes en que se podía ver la Avenida Nabéul con gondoleros y hasta una reproducción del Puente de Rialto veneciano, o hasta al ex alcalde Gil recordando su figura en el jacuzzi rodeado de aquellas chicas que lo acompañaban en las Noches de Tal y Tal. Hasta yo mismo dejé un comentario en redes sociales sobre la razón por la cual el Jeque/Jeta no ha querido hacer el puerto… ya que no le contaron que se incluía un parque acuático a la entrada… Habrá que tomarse las cosas con humor visto lo visto.

Pero volviendo a la seriedad del tema que nos ocupa, hay que pedir explicaciones primero, y después, en base a ellas, hay que reclamar responsabilidades a quienes han aprobado un diseño que, visto lo visto, no es válido, después de varios cambios y cientos de molestias a los vecinos. Responsabilidades de todo tipo, insisto, desde arriba hacia debajo, o viceversa, pero todos creemos que un tema de esa envergadura no puede quedar silenciado por el paso del tiempo. Unos vecinos que no daban crédito a lo que vieron el pasado viernes merecen muchas explicaciones. 
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