Despacito

Con las puertas cerradas de una gran Semana Santa, escuchando únicamente en la lejanía, los sonidos de tambores, cornetas, campanas y saetas, sintiendo cada vez más en la distancia todas las cosas vividas en los últimos días, como soy persona de palabra, prometí dedicar una columna de este espacio de opinión libre, a dos personas, como máximos responsables y cabezas visibles de todo un grupo de mujeres y hombres. 

Analizo hoy la maldad que se ha percibido en la ciudad para con una Hermandad, la de Cautivo-Santa Marta, a raíz de un simple error (o broma), pero donde ciertos medios de comunicación nacionales se han cebado literalmente con algo que no tenía el más mínimo interés informativo.

Ya suenan, como decía, a lo lejos (pese a haber transcurrido apenas unos días), los sonidos de la Semana de Pasión. Pero aún duelen, y mucho, la actitud y la falta de profesionalidad de algunos que deberían cuidar el rigor informativo, máxime cuando representan a importantes medios de comunicación, especialmente cuando la difusión de cualquier noticia tiene ámbito nacional, fundamentalmente cuando lo que publican o emiten, no tiene importancia alguna, salvo que se pretenda hacer daño. Lo han hecho. Y mucho…

La crónica de los hechos me llegó a través del conocido sistema de mensajería usado con los teléfonos móviles. No sabía nada hasta que empecé a bucear, o más bien, navegar, en la red Internet y di con la cuestión. Pregunté e indagué. Sorpresa la mía cuando varios medios informativos, de conocido renombre y alcance, comenzaron a difundir la noticia. Lo peor, para mí, ya no son algunas falacias de algunos medios vertieron, en tanto que ciertos titulares destacan y califican de procesión lo que simplemente era el final de un ensayo, lo peor son las ganas de herir, lastimar y dañar la imagen de un grupo de mujeres que desde hace tres años tienen el coraje de portar durante horas un trono, llevando sobre sus hombros Sagradas Imágenes.

El famoso “Despacito” ha hecho mucho daño en personas que dedican muchas horas en las previas a la Semana Santa, pero especialmente ha herido a dos personas que, no es que dediquen horas, es que se las quitan a su familia, amigos e incluso al trabajo. Me refiero a dos grandes cofrades en Marbella, los dos principales cargos de esa Hermandad, y por tanto, las dos personas que, seguramente, más trabajen y “curren” para que las cosas hayan mejorado, y mucho, en Cautivo-Santa Marta.

Me refiero a Francisco Bootello y Antonio Lomeña. Se de la presión y el dolor que padecieron en esas semanas. Me sigo preguntando: ¿Era tan necesario hacer tanto daño?

En cambio, unos días después, en un acto que si merecía la atención informativa de esos medios, ninguno apareció. Ninguno quiso dar cobertura informativa a un acto de absoluta SOLIDARIDAD. La Hermandad del Nazareno, a la que me honro representar, por tercer año consecutivo, organizó la llamada “Operación Kilo Solidario”, donde esta vez sí, consiguió superar la tonelada de alimentos recaudados para los más necesitados, tras dos años quedándose a las puertas de rebasar ese límite. Y lo hacen trasladando un trono como el de Jesús Nazareno (sin la sagrada imagen), en un trayecto que atraviesa media ciudad.

¿Es no es noticia? ¿No es destacable que personas de un lugar como Marbella, arrimen el hombro y aporten comida para los más necesitados? ¿O es que piensan que en Marbella no hay gente que lo pasa mal? ¿Saben que hay miembros de cofradías que hacen un tremendo esfuerzo para poder pagar la cuota o luminaria para poder acompañar a su Cristo o su Virgen? ¿Se han preocupado por comprobar que los 1.034 kg de alimentos estaban depositados en la sede de Cáritas, a la hora de finalizar la Operación Kilo?

¿Por qué no trasladaron sus cámaras, grabadoras y micrófonos ese sábado 8 de abril para atestiguar el acto solidario? ¿Saben, por cierto, que se organizó el acto de tal forma que, esas mujeres de las que se mofaban, portaron el trono, con cientos de kilos de alimentos sobre él, en un tramo, precisamente, en una más que dura cuesta?

Desde luego, la canción, que suena desde hace un par de meses en todas las formas posibles, la he llegado a aborrecer porque me recuerda a los malos momentos que han pasado muchas personas.