Busto, estatua y avenida

Es una cuestión que, con esto de las redes sociales, ya anticipé días atrás. Y lo hice porque existen pocos días que no me encuentre grupos de turistas, arremolinados en torno al guía que les lleva y junto al existente busto de Jaime de Mora, en la Plaza de la Victoria. A veces me gustaría saber qué les cuentan a los, en ocasiones, boquiabiertos visitantes, pero el desconocimiento de alguno de los idiomas en los que se dirigen a los viajeros, y las prisas que llevamos a veces, me impide hacerlo. 

Siempre, desde que la colocaron hace años, en los tiempos del ex-alcalde Gil, me he preguntado el motivo de situar un busto de ese señor en dicho lugar, máxime cuando por allí se le vio poco, no existe relación alguna entre esta conocida plazuela y el homenajeado. Pero me pregunto qué sigue haciendo ahí ese busto, que recibe la visita de numerosos visitantes que siempre mencionan su vinculación consanguínea con aquella Reina Fabiola de Bélgica, y el “estilo” de vida que llevaba. Insisto, no creo que sea merecedor de tanto honor.



Me pregunto: ¿no es nuestro Casco Antiguo, el mejor lugar para mostrar la historia de nuestro pueblo? Y, sin duda, existen innumerables personas que han hecho mucho más por Marbella que este señor, dicen (y digo) que no destacaba precisamente por su capacidad de trabajo. ¿Es un buen ejemplo para generaciones venideras, en cuanto a forma de vida? ¿Por qué mantener un busto de alguien que, a mi entender, no lo merece? ¿O nos van a querer vender que Marbella es lo que es gracias a personajes como Mora y Aragón?

Pero, no contentos con que el personaje en cuestión tenga, a fin de cuentas, un simple busto, tambien cuenta con una estatua a tamaño natural, en un lugar de gran afluencia de vehículos, un punto neurálgico del tráfico en la ciudad, como es la Plaza Monseñor Rodrigo Bocanegra (El Pirulí), y que precisamente da inicio a una amplia avenida que, igualmente, lleva tambien su nombre. Una vía que conecta el casco urbano de Marbella con la zona residencial de Nagüeles, Sierra Blanca y Camoján (casi nada…).



Una avenida, Jaime de Mora, construida tambien en tiempos de Gil, de la que nadie duda su utilidad, pues muchos conocemos qué camino (literalmente hablando) existía allí hasta entonces. Ahora es un autentico boulevard, con ajardinamiento central, doble calzada para la circulación, amplias aceras, etc.

Muchos pensamos: demasiado honor para alguien que no es, precisamente, que se dejara la vida y se partiera el pecho por Marbella. Porque, si hablamos de invertir y crear puestos de trabajo, mejor lo dejamos. Y en cambio, muchos otros merecen, antes que él, tener un pequeño reconocimiento en este pueblo, pero como se acostumbra a hacer, siempre se antepone el que viene de fuera a alguien que haya hecho mucho más por esta tierra.

A lo largo y ancho de nuestro término, si revisáramos muchos de los nombres recientemente (hablo de décadas, no de años) otorgados a personas, nos llevaríamos las manos a la cabeza cuando se presentara una lista de otros que no han recibido ni una millonésima parte de lo que otros, sin haber hecho nada, tienen de todo, hasta busto, estatua y avenida.