Con la perspectiva que da el que haya pasado una semana desde la Cabalgata de Reyes, tiempo que permite el análisis más frío y distante, abordo este primer artículo del año sobre la exagerada polémica en torno a la elección de tres mujeres para disfrazarse de los Magos de Oriente. Lo hago con tristeza y desazón por ver lo poco que hemos avanzado en un asunto tan trascendental como la igualdad de género.
"Tres Reinas Magas llenarán Marbella este año de ilusión y solidaridad", titulábamos el pasado día 3 en Marbella24horas en lo que era una noticia sobre el homenaje del equipo de gobierno a tres presidentas de asociaciones solidarias.
En años anteriores se había elegido a cocineros, deportistas, políticos, periodistas... y este año se optó por personas que dedican su tiempo libre a los demás. Pero lejos de contribuir a este reconocimiento, muchos ciudadanos, demasiados, mostraron su malestar porque se hubiera elegido a tres mujeres.
No iba a haber tres Reinas Magas, sino tres mujeres disfrazadas de Reyes Magos, lo dejamos bien claro, pero aún así hubo quien no quiso entenderlo.
Es más, en años anteriores (2013 y 2014) ya habían participado mujeres en la Cabalgata, lo hizo el PP y no hubo polémica. Ahora sí, solo faltó el "nunca te lo perdonaré Bernal", en lo que muchos se tomaron como una afrenta del "rojerío" a las tradiciones religiosas al más puro estilo de Manuela Carmena.
Otros sostenían que los pequeños, que "son muy listos", decían, se iban a dar cuenta. En cambio, los chavales no se enteran, digo yo, de que es imposible que los Magos puedan introducirse en solo una noche en las casas de millones de niños para dejarles los regalos.
Politiqueo e Ironías al margen, también he escuchado a quien prefiere decir que hay temas más importantes sobre los que debate. Pero es que este la tiene. No estamos ante una tontería sino ante algo tan vital como la igualdad de género, en el que, es evidente, en Marbella queda mucho camino por recorrer para un importante sector de la ciudadanía.
Ya en 1978, la madrileña Gloria Fuertes escribió la obra de teatro infantil "Las Tres Reinas Magas". Como era lógico, en aquel momento, ese gesto para hacer visibles a las mujeres en los años de la Transición, generó rechazo en los sectores más conservadores, que hasta parece lógico por la época, tras la dictadura franquista.
La autora se dirigió a los más pequeños, en un evidente intento por el cambio generacional, pero el auténtico drama es que, 40 años después, vuelva a ocurrir lo mismo. Que un gesto en pro de la igualdad de las mujeres reciba tanta contestación social demuestra que todavía hay mucho por hacer en 2017.
Durante los días previos, e incluso posteriores, a la Cabalgata he podido leer infinidad de comentarios altamente ridículos. Me quedo con uno para finalizar este artículo, el de aquellos cuyos hijos, supuestamente, se dieron cuenta del cambio y les preguntaron por qué los Reyes Magos de Marbella eran mujeres.
Ahí tuvieron la ocasión de darles la respuesta más sencilla: este año son mujeres porque pueden repartir los regalos exactamente igual de bien que los hombres. Y así, los pequeños se habrían llevado a casa algo más importante que una bolsa llena de caramelos.
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